El 12 de agosto de 2018, la Unión General de Trabajadores cumple 130 años de historia. Se conmemora la fundación de la primera organización sindical de nuestro país y la segunda más longeva de Europa.
Desde su creación en 1888 se han vivido momentos históricos contrapuestos. Días amargos durante el franquismo o inmensas alegrías con la llegada de la democracia y la senda de progreso. En los últimos 130 años UGT siempre ha estado presente, de una u otra manera, en una sociedad que reclama su participación.
Detrás de cada derecho y libertad conquistado desde 1888 siempre ha habido un ugetista o una ugetista. Las pensiones, los salarios, la igualdad entre hombres y mujeres y tantas otras reivindicaciones, han llevado a UGT a la negociación y a la movilización por legítimas aspiraciones y por un mundo mejor.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, define la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras y la mejora de sus condiciones de vida como la bandera de la organización. “El sindicato se ha convertido en un eje fundamental de la sociedad española. Y es que, en su ya larga y ejemplar trayectoria, UGT jamás se ha retraído ante las adversidades, más bien al contrario”, afirma Álvarez.
El máximo responsable de UGT cree que “las injusticias, especialmente contra los más débiles, los abusos, la explotación, unido al afán por destruir al sindicato soportado en numerosas ocasiones, nos han hecho luchar con más tesón aún por lo que creemos que es justo: los derechos y libertades. Una vez más, el sindicato, lejos de acobardarse, se ha lanzado a la ofensiva por ellos, alzando la voz con fuerza ante los gobiernos y grupos de poder que trataban de silenciarlo”.
Pepe Álvarez cree que como nos enseñaron “nuestros mayores” y pese a los contratiempos y errores cometidos, UGT cumplirá sus compromisos, objetivos y responsabilidades por la defensa y promoción de los derechos e intereses de los trabajadores y trabajadoras. “Hoy, después de 130 años de luchas y conquistas, cientos de miles de trabajadores y trabajadoras siguen confiando en la Unión General de Trabajadores, un sindicato de clase, demócrata, feminista, pacifista e internacionalista”, concluye el sindicalista.
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