130 aniversario UGT
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Ángel Luis López: “El papel de los sindicatos es presionar para no retroceder en las conquistas sociales”

Entrevista con el profesor de Historia contemporánea afincado en Castilla-La Mancha

Ángel Luis López Villaverde, doctor en Historia por la Universidad de Castilla-La Mancha y profesor titular de Historia Contemporánea de la UCLM ha impartido en Cuenca una ponencia junto al secretario general de UGT Cuenca, José Azcoitia, sobre el asociacionismo obrero en la ciudad antes de la Guerra Civil. López cuenta con un conocimiento exhaustivo de la historia de los movimientos socialistas en la que desde hace años es su ciudad de residencia.

Con este motivo y enmarcada en los 130 años del sindicato en España, el profesor ha realizado una entrevista con UGT:

 

P: ¿Cómo surgió el asociacionismo obrero en Cuenca?

R: En Cuenca surgió más tarde que en otros sitios porque había muchos talleres y pocas fábricas pero, como en todos, fue por necesidad. En esos momentos no había ninguna estrategia por parte del Estado para atender a los trabajadores: no había seguros de enfermedad, de vejez, de accidente… Los trabajadores estaban dejados de la mano de dios.

El germen fueron las sociedades de socorro mutuo, en Cuenca se llamó La Fraternal. Era algo muy pragmático que mezclaba a obreros y patronos y estaba orientada a cubrir a las familias y a los trabajadores en caso de accidente. La Fraternal no tenía ningún tipo de conciencia de clase, eso se empezó a desarrollar después, en 1914, con La Aurora, la casa del pueblo que era además una federación de asociaciones laborales mucho más reivindicativa.

 

P: ¿Era La Aurora un sindicato como lo entendemos hoy día?

R: No, no, ahora tenemos una perspectiva un poco diferente. Los trabajadores se asociaban a la sociedad obrera de su oficio y La Aurora englobaba a todas esas asociaciones, tenía una bolsa de trabajo con sus afiliados y lideraba las acciones: huelgas, protestas… Su liderazgo iba variando y según quiénes salieran elegidos era más cercana a los principios del socialismo de la UGT o a los del anarcosindicalismo de la CNT, pero los trabajadores no dejaban de estar asociados a sus gremios en función de quien liderara la central sindical, más que nada porque les era imprescindible para vivir y poder cambiar las cosas.

De La Aurora surgió la primera agrupación socialista en 1915 aunque hasta que no llegó en 1919 Rodolfo Llopis, que sumó sus esfuerzos a los de Juan Jiménez de Aguilar y otros líderes sindicales y políticos, no se consolidó. De ahí surgió también el periódico de La Aurora, La Lucha, que se leía en la sede (la casa del pueblo) y permitía a los obreros socializar, hacer actividades benéficas y culturales, aprender a leer y adquirir conciencia de clase.

 

P: ¿Cuáles fueron los principales logros de esta asociación de sindicatos en Cuenca hasta la Guerra Civil?

R: Se hicieron visibles sobre todo a partir de 1922 cuando la agrupación socialista gana tres concejales en el ayuntamiento y promueven iniciativas para mejorar la higiene de la ciudad, para contratar en obras públicas a integrantes de la bolsa de trabajo de La Aurora y para preservar el patrimonio cultural. Hasta el punto de que Llopis para la demolición de las Casas Colgadas, el dueño pensaba demolerlas y en esa época no se tenía la concepción del patrimonio de ahora.

Después, ya en la II República, el asociacionismo obrero creció y ganó mucho protagonismo y durante la Guerra Civil más aún. Cuando el poder efectivo pasó a las milicias, el papel de los sindicatos y de los obreros, que hasta entonces habían pintado poco en la ciudad, dieron la vuelta a la tortilla completamente. Los sindicatos controlaban, junto a los partidos de izquierda, los comités de Enlace del Frente Popular. De estos comités dependían muchos otros y en los primeros meses de la guerra tenían más poder que los cargos institucionales. A partir de otoño el Gobierno de la II República intentó controlar la situación pero fueron los obreros los que pusieron en marcha la revolución en la ciudad.

 

P: ¿En Cuenca se tendía más hacia el socialismo o hacia el anarcosindicalismo?

R: En Cuenca fueron los socialistas mencionados anteriormente quienes lideraron el activismo sindical de los años veinte y sin ellos no hubiera sido posible avanzar en esa conciencia de clase y sentimiento de conjunto. Aunque en los años treinta fueron los cenetistas quienes se fortalecieron y controlaron La Aurora”.

Sin embargo, la mayoría de los trabajadores del campo que no eran propietarios eran más cercanos a la UGT, que supo entender mejor los problemas de los braceros y jornaleros. UGT no era un sindicato socialista como tal sino un modelo sindical que se definía por buscar más la negociación colectiva y el acuerdo mientras que la CNT quería acabar con el Estado mediante la huelga revolucionaria, querían cambiar el sistema.

Como decía, en 1933 la situación de la II República es cada vez más complicada porque la reforma agraria no prospera y la reforma laboral del entonces ministro ugetista Largo Caballero no es suficiente. Entonces la UGT si se vuelve un sindicato que aspira a la huelga, la revolución y a acabar con la república burguesa.

Cabe decir que, aunque casi todas las huelgas de la CNT acababan mal, es verdad que hoy tenemos jornada de 8h gracias a una huelga suya en Barcelona en la que reivindicaban las 8 horas para la industria, una conquista social que Largo Caballero extendió al resto de trabajadores en 1931.

 

P: ¿Cuál fue la presencia de las mujeres en el sindicalismo conquense?

R: La sociedad de socorros mutuos La Fraternidad fue solo de mujeres y fue impulsada en 1921 por La Aurora. Puede sorprendernos que no fuera un sindicato de clase, pero hay que esperar a la Segunda República para que se produzcan avances significativos en el rol femenino y a la guerra civil para que ocupen un papel relevante en el anarcosindicalismo y el comunismo, principalmente. No obstante, también sorprende que los revolucionarios fueran bastante machistas, y hay que entender el contexto histórico porque si no proyectamos hacia el pasado valores actuales que no estaban presentes entonces.

 

P: ¿Estaba en estos siglos mejor o peor visto que ahora pertenecer a un sindicato?, ¿Cómo ha mejorado la percepción social de los sindicatos?

R: Es que antes el sindicato tenía un papel muy distinto, la gente se afiliaba por necesidad extrema. Había mucha hambre y sin este respaldo estabas desamparado ante cualquier enfermedad o accidente. Después de la II Guerra Mundial y de la Transición en España los sindicatos son fundamentales para conseguir avances e instaurar el Estado del Bienestar actual. Ese Estado del Bienestar hace posible que sea el Estado el que garantiza estas cosas básicas que hasta ahora solo te daban los sindicatos porque patronos y burguesía iban a lo suyo. Es un cambio tremendo conseguido y en ese terreno los sindicatos juegan necesariamente otro papel, el de presionar para no retroceder.

Hemos perdido un poco la perspectiva de lo que supusieron estos avances y necesitamos tenerlo presente ante determinados discursos que acusan a los sindicatos de tener mucho poder para nada y defienden que hay que reducir drásticamente el gasto social porque el dinero estaría mejor en manos de empresarios. Si volvemos ahora a la ley de la selva y no tenemos conciencia de dónde venimos podemos volver perfectamente adonde estábamos.

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