Dilma Rousseff, Carmen Calvo y María Jesús Montero participaron en los actos de clausura del 130 aniversario
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha cerrado los actos conmemorativos del 130 aniversario del sindicato. Varios miles de personas han acudido durante las dos jornadas en las que se han desarrollado los actos. Entre los asistentes han estado la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la vicepresidenta del Gobierno en funciones Carmen Calvo, y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que han acompañado al sindicato en el discurso de clausura.
Entre los asistentes que arroparon a UGT, también se encontraban los ex secretarios generales Nicolás Redondo y Cándido Méndez, junto a dirigentes, exdirigentes y cuadros del sindicato.
El secretario general ha recordado que el 130 aniversario de UGT ha sido una gran oportunidad para dar a conocer la acción a lo largo de estos años de historia, pero también a la hora de visibilizar el futuro. “El sindicalismo tiene tantos enemigos porque saben que con nosotros no van a poder”, ha declarado. Álvarez ha remarcado que “la unión es la fuerza”. En este sentido, ha dicho que “UGT y CCOO han demostrado que la unidad es posible y que es hora de pedir esa unidad a las organizaciones políticas de izquierda”.
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha intervenido en el acto de clausura agradeciendo a UGT, “por haber aportado luz a este país en la defensa cerrada de las libertades y los derechos de la ciudadanía y de los trabajadores y de las trabajadoras. De la inmensa mayoría que compone nuestro país y cualquier sociedad del mundo. Sois el sindicato más antiguo de España y el segundo más antiguo de Europa y es necesario recordar y agradecer vuestro trabajo y vuestro sacrificio a todos y todas las que han hecho la UGT a lo largo de la historia”, ha declarado.
La exmandataria Dilma Roussef ha defendido con fuerza la labor de los sindicatos y ha manifestado que “los sindicatos son el producto de la acción conjunta de los trabajadores” por ello se intenta destruirlos en todo el mundo. En Brasil también lo está intentando y no podemos permitirlo”.
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