EXPOSICIÓN PERMANENTE

1982 – 1988 (Panel 9)

Primera fuerza sindical

 
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“Los socialistas no hemos renunciado a reivindicar una sociedad más justa (…) una sociedad donde no exista la explotación del hombre por el hombre, un orden económico donde las reglas de juego no sean impuestas por los más poderosos, sino por el conjunto de los ciudadanos”

Nicolás Redondo. “Con preocupación”. Unión, mayo de 1984


1982

UGT gana las elecciones sindicales, en las que votaron casi dos millones de trabajadores, y consigue cerca de 52.000 delegados y el respaldo de los trabajadores a su política de concertación.

1983

Se crea el Departamento de la Mujer para favorecer la participación y la afiliación de las mujeres a UGT.

1985

UGT impulsa la aprobación de la Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) que reconoce el papel de los sindicatos más representativos.

1985

Ley de Devolución del Patrimonio Sindical. UGT recupera parte de los bienes muebles e inmuebles incautados y expoliados por el Franquismo.

1987

El 20 de octubre, Nicolás Redondo y Antón Saracíbar renuncian a sus escaños en el Grupo Parlamentario Socialista del Congreso, mostrando su oposición a la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 1988.

UGT continúa su política de concertación, pero surgen serias divergencias con el Gobierno por su política económica y social, subrayándose así la plena autonomía sindical, cuestionada desde otras organizaciones, y con la patronal por el intento no compartido de flexibilizar el mercado de trabajo.

La aprobación de la Ley de la Jornada de trabajo de 40 horas semanales y las vacaciones de 30 días; el Acuerdo Económico Social (AES), que combina moderación salarial con políticas activas de creación de empleo y mantenimiento de las rentas y las pensiones; la participación institucional de los sindicatos en el INSS, INSALUD, INSERSO, INSHT, INEM; la LOLS, y la devolución del patrimonio sindical marcan los logros para los trabajadores en esta etapa.

UGT defiende los intereses de los trabajadores durante la reconversión industrial combinando movilizaciones y huelgas, con una salida negociada, que termina con la declaración de Zonas de Urgente Reindustrialización. La ley para reformar las pensiones -que aumentaba el periodo de cotización y el cómputo anual de la base reguladora-, la entrada en la OTAN, a la que UGT se opuso, y los Presupuestos Generales del Estado para 1988, marcarán la desavenencia en las relaciones de UGT y el Gobierno socialista.

Por otro lado, continúa la reestructuración de UGT: de 22 federaciones de industria se pasa a 15 a través de procesos de fusión, se crean las uniones de Comunidad Autónoma en consonancia con el nuevo mapa autonómico, se inicia la “comarcalización”, y se regulariza el sistema de cotización y afiliación.

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