EXPOSICIÓN PERMANENTE

1939 – 1962 (Panel 6)

Clandestinidad y exilio (I)

 
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“Habíamos salido de nuestra patria. ¿Por cuánto tiempo? Algunos pensaban que por poco. Yo no era tan optimista. Se sabe cuándo se sale, pero se ignora siempre cuándo se ha de volver. ¡Qué amargo iba a ser el pan de la emigración para algunos de nosotros!”

Francisco Largo Caballero. Mis recuerdos

 

“Para nosotros, trabajadores españoles exiliados, la aspiración hoy más inmediata, es la de obtener la desaparición del régimen franquista (…), que sume en la miseria y en la vergüenza a nuestra patria; que la tiñe de sangre, haciendo de los verdugos el símbolo del orden, y de los presidios la residencia de la honradez”

UGT. Manifiesto 1º de Mayo de 1947


1944

Con la asistencia de 210 delegados, en representación de 237 secciones con sede en Francia, se celebra en Toulouse el I Congreso de UGT en el exilio.

1946

Fallece en París, Francisco Largo Caballero, poco después de volver del campo de concentración de Sachsenhausen.

1949

UGT participa en la constitución de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL).

1953

Tomás Centeno, presidente de la Ejecutiva del interior, muere, tras las torturas en las dependencias de la Dirección General de Seguridad de Madrid, cuatro días después de su detención.

1958

Al mismo tiempo que se recupera parte de la actividad económica, se inicia un amplio movimiento huelguístico en España, que con altos y bajos perduraría durante todo el régimen.

El régimen de Franco impone una sangrienta represión a la población y a las organizaciones obreras. La ejecución de Julián Zugazagoitia y Cruz Salido, la muerte de Besteiro en la Cárcel de Carmona, la matanza del Pozo Fumeres, son ejemplos de la inmensa cárcel en la que se había convertido España. A esto hay que añadir otro tipo de represión no menos cruel: largas condenas, trabajos forzados, destierro, incautación de bienes, depuraciones y marginación social, que llevaron a la miseria a una gran parte del pueblo español que se limitaba a sobrevivir.

Frente a esta situación se desarrollaron diferentes formas de lucha: el movimiento guerrillero (hasta mediados los cincuenta), el boicot (el de tranvías en Barcelona y Madrid en 1951 y 1957), las huelgas en Euskadi, Asturias, Cataluña, Valencia… que el propio régimen convertía en políticas, y el movimiento estudiantil que a finales de los cincuenta puso de manifiesto la desafección al Régimen de un sector “supuestamente privilegiado”.

“UGT en el interior” comienza a reestructurarse en las cárceles, cinco ejecutivas, “los hombres sin nombre” son desarticuladas por la policía: Juan Gómez Egido, Eduardo Villegas, Miguel Ángel Martínez, Antonio Trigo y Tomás Centeno eran sus presidentes.

Una vez liberada Francia, los ugetistas del exilio inician su reorganización. Durante unos años conviven dos corrientes, la heredera de la ejecutiva de González Peña y la caballerista de Trifón Gómez, Pascual Tomas y Rodolfo Llopis, la de Toulouse. Esta última es la que será reconocida por la organización clandestina del interior y por las organizaciones internacionales, FSM y CIOSL. Sus objetivos fundamentales serán mantener viva la organización en el interior y denunciar el régimen franquista, desarrollando, para ello, una gran labor internacional en contra del Franquismo.

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