Los descendientes han expresado «alegría, emoción y sorpresa» ante el hallazgo y la posibilidad de darle digna sepultura al cuerpo exhumado de una fosa común
Francisco Sanz Herráez, un zapatero y terrateniente de 40 años, fue fusilado el 13 de julio de 1940, a pesar de no tener lazos a ningún partido político ni ser claramente de izquierda ni derecha. Su cuerpo fue enterrado en la fosa común 127 de Paterna (Valencia). El reciente trabajo de exhumación llevado a cabo por la empresa CAVEA Patrimonio Cultural ha recuperado unas 108 de las 148 víctimas de dicha fosa, entre los cuales se encontraba el cuerpo de Francisco. Sus últimas correspondencias, envueltas en plástico y conservadas por las condiciones de temperatura y humedad en la profundidad de la fosa, han sido recuperadas por los arqueólogos, permitiendo su identificación.
Las cartas fueron escritas por su mujer, Nieves Monzó, aproximadamente un mes antes del fusilamiento. Nieves comentaba que estaba gestionando su libertad con un juez y con el ejército, y le prometía a su marido llevarle una cuchara, un plato y una manta, los cuales él le había pedido. La correspondencia incluye también emotivas frases de cariño, incluyendo los besos que Nieves le enviaba de parte de su hija de 9 años y su hijo de 6. A pesar de la triste e injusta ejecución de Francisco, el hecho de que no fue despojado completamente de sus bienes por los franquistas permitieron que sus descendientes tener alguna medida de clausura.
Desgraciadamente, su hija ya falleció tras una vida dura, siendo ingresada varias veces por los franquistas a causa del trastorno sufrido, mientras que su hijo de 85 años actualmente se encuentra hospitalizado y no está en condiciones de recibir la noticia del descubrimiento todavía. Sin embargo, los nietos de Francisco tienen fe de que su padre se recuperará y que podrá compartir la emoción con ellos. Tras una exitosa campaña de difusión por las redes sociales y colaboración ciudadana, fue posible identificar a la víctima y contactar a sus descendientes. Los siguientes pasos para la familia serán poder darle digna sepultura a Francisco y acudir al Archivo Militar en Madrid para recuperar su expediente y averiguar cual fue la «causa oficial» por la que asesinaron a su abuelo.
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