Marcó un hito en la historia de la lucha obrera y un precedente en materia de derechos fundamentales para los trabajadores y trabajadoras
El año 2019 marca el 100 aniversario de la obtención de la jornada de ocho horas después de las protestas laborales en Barcelona, un evento de extrema importancia no sólo en Cataluña o España, sino en Europa y el mundo. En febrero de 1919, se inició la huelga contra la empresa eléctrica Riegos y Fuerzas del Ebro, perteneciente a Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, mejor conocida en España como ‘La Canadiense‘ o ‘La Canadenca‘, en catalán. Al principio, se debió al despido de ocho oficinistas quienes habían sido hechos fijos pero con un salario menor, y quienes se negaron a trabajar bajo esas condiciones en una ciudad tan cara, mientras los empresarios catalanes se enriquecían desproporcionadamente con sus ventas durante la Primera Guerra Mundial.
En solidaridad, la huelga se extendió rápidamente. La Canadiense se negaba a ceder y hasta exigió al Gobierno de Álvaro Figueroa y Torres, Conde de Romanones, protección. A pesar de las detenciones de miles de trabajadores y la intervención de la policía y del ejército, la huelga se expandió durando 44 días y contó con más de 100.000 participantes. La solidaridad no se vio limitada sólo a Barcelona y Cataluña, ya que UGT amenazó con transformarla en una huelga general. Semejante presión y demostración de solidaridad obrera fue suficiente como para paralizar la ciudad y el 70 % de toda la industria catalana, convirtiendo la huelga en un hito significativo de la lucha obrera.
La huelga fue un éxito: Romanones terminó firmando el «Decreto de la jornada de ocho horas«, estableciendo la jornada máxima total de trabajo de 8 horas al día y de 48 a la semana, reconociendo los sindicatos, reintegrando a los trabajadores despedidos, liberando a los detenidos, y prohibiendo el trabajo a menores, los destajos, y la contratación de reemplazos para trabajadores y trabajadoras participantes en huelgas. Al aprobarse el decreto, España se convirtió en el primer país europeo con jornadas de este tipo, y el primer país del mundo en establecerlas por Ley. Fue además una huelga disciplinada y pacifista. Su importancia no es menor debido a la entonces reciente Revolución de Octubre en Rusia.
Desde UGT, se considera que este triunfo merece ser recordado como parte significativa de la historia de la lucha obrera. Asimismo, se afirma que los derechos obtenidos por estos trabajadores y trabajadoras deben ser defendidos ante la presión de los partidos de que tratan de destruirlos, y, a su vez, deben ser utilizados como plataforma para conseguir los derechos que todavía les faltan obtener a los trabajadores y trabajadoras.
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