Los libros de registros fueron encontrados este año y se han dado a conocer los nombres de los represaliados
El nacismo y Hitler encontró en Franco un aliado perfecto tras finalizar la II Guerra Mundial. El III Reich campaba a sus anchas en Europa y extendía sus tentáculos en varios países que trabajaban en connivencia con él. En el verano de 1940 el régimen de Hitler preguntó a Franco si quería repatriar a los republicanos que habían sido capturados en Francia, exiliados que huyeron de la guerra patria y que el conflicto europeo les pilló siendo libres en el país vecino.
Serrano Suñer, cuñado y mano derecha de Franco visitó Berlín en 1940. El estadio olímpico de la ciudad estaba repleto de españoles capturados por el ejercito nazi. Tras pasearse por allí y despreciarlos a todos, volvió a España y permitió que Alemania los recluyera en campos de concentración y que los condenaran a trabajos forzados.
La realidad es que no existen documentos escritos de muchas de las cosas que ocurrieron durante esos años negros, no hay nada documentado pero los historiadores creen que el gobierno de Franco fue cómplice en la deportación de más de 7.000 españoles en Mauthausen. De todos ellos mas de 4.400 murieron entre 1940 y 1945 pero sus nombres y apellidos no se conocieron hasta este año 2019, tras publicarse en el BOE.
En Francia pasó lo mismo, cuando el país fue invadido por Hitler, y dividido en dos muchos españoles quedaron a merced del nazismo, los alemanes preguntaron hasta en cuatro ocasiones qué hacían con los capturados españoles, pero no obtuvieron respuesta alguna. El régimen franquista se negaba a repatriar a los “enemigos de la patria”, a aquellos que según apuntaban había combatido por una España soviética. Tampoco los quiso Rusia, a quien se les ofreció también para realizar trabajos forzados. Así que, tratados como auténtico ganado y moneda de cambio, despojados de derechos, sin nacionalidad, y en la más absoluta miseria e incomunicación, en agosto de 1940 también fueron enviados a Mauthausen.
En la década de los 50 llegaron a España varios libros de registros procedentes de Francia, muchos de ellos quedaron sepultados en cajones bajo cientos de papeles y se olvidaron de ellos, puede ser por eso que el régimen se olvidó de destruirlos quedando por escrito los nombres de cientos y miles de españoles que fueron enviados a morir. Muchas de las informaciones que hoy conocemos han visto la luz gracias al trabajo de los historiadores, que dedican su tiempo a conocer la verdad de un tiempo no tan lejano. Estos libros han permanecido ocultos mucho tiempo, pero las investigaciones llevadas a cabo situaban a muchos republicanos en los campos de exterminio. Algunos sobrevivieron para contarlo, pero la mayoría murió allí, con apátridas solitarios.
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