En las primeras semanas de la guerra se produjeron ajustes de cuentas, venganzas y luchas de poder
Hace 83 años, en el contexto de las primeras semanas de la Guerra Civil, se produjo el asesinato de Desideri Trilles Mariné, el líder de la Asociación de Trabajadores Portuarios de Barcelona. El diario La Vanguardia recogió en ese momento la noticia de que unos desconocidos se abrieron a tiros contra el coche en el que circulaba Desideri, junto con tres compañeros, en la Rambla de Santa Mónica.
Trilles había estado en las altas esferas de la CNT en los años 20, pero en 1931, con la proclamación de la Segunda República abandonó el sindicato y se afilió a UGT y a la federación catalana del PSOE. Con el estallido de la Guerra Civil de fondo abandonó el PSOE y cofundó el PSUC.
Con ese caldo de cultivo, unos días antes se habían producido los secuestros y asesinatos de varios miembros de la junta directiva de la Asociación de Consignatarios por lo que el asesinato de Desideri parecía que podría haber sido una venganza.
Además, Joan Comerera, otro de los cofundadores del PSUC acababa de ser nombrado conseller de Economía de la Generalitat y se oponía a que los estibadores de la CNT estibaran las cargas de armamento que llegaban al puerto de la ciudad condal. De hecho, decretó que toda la carga armamentística quedara a cargo de los estibadores afiados a la UGT.
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