Recordamos a los sindicalistas españoles que fueron prisioneros en campos de concentración y castigo en el exterior
Eduardo Montagut ha publicado en Nueva Tribuna un artículo basado en un texto de ‘El Socialista’ del año 1945 titulado ‘El Grupo Móvil de la UGT nos habla de sus desventuras durante la ocupación alemana‘. El autor trata sobre el tema de la vida cotidiana de los ugetistas durante la ‘l’Occupation‘ y su «coraje» ante la adversidad.
El Grupo Móvil ugetista, bautizados durante sus padecimientos como ‘los rojos‘, fueron aislados en las islas anglonormandas y forzados a trabajar (junto con otros prisioneros de distintas nacionalidades) en la construcción del muro del Atlántico durante 12 horas diarias, con una sola comida al día y de mala calidad. El Gobierno de Pierre Laval, primer ministro de la III República Francesa (la cual colaboraba con la Alemania nazi), consideraba peligrosos a los sindicalistas españoles, y advirtió a los responsables de la Organización Todt. Esta organización alemana, dependiente de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Armamento, fue responsable de esclavizar a más de 1,5 millones de personas, principalmente prisioneros de guerra, judíos y desertores.
Muchos ugetistas fueron trasladados al Campo de Castigo de Cherburgo, cuyo encargado era español y franquista. A pesar de las torturas constantes, soportaron con coraje, aun cuando los aliados comenzaron sus bombardeos sobre esa zona. Poniendo en peligro su vida, «se empeñaban en estar atentos y presentes, sabiendo que podría significar la liberación». Los rojos se negaron a «comprometer con el miedo nuestra libertad«.
Pero ni siquiera la eventual liberación marcó el final de sus sufrimientos. Al desembarcar en Normandía, los anglo-americanos los mantuvieron prisioneros y los internaron en un campo de concentración, convencidos de que los ugetistas eran de alguna manera colaboracionistas. Sólo después de tres semanas fueron liberados, tras una investigación.
Estos sindicalistas aguantaron sus penurias con orgullo, manteniendo su espíritu de lucha, pensando en su patria y en el futuro que se merecía la humanidad. La libertad no los conformó. A pesar del sufrimiento y la injusticia sufrida hasta a causa de los aliados, muchos se terminaron enrolando en ejércitos para combatir el fascismo.
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