La ciudad de Cádiz homenajea a Milagros con una calle en su nombre cerca de la relojería de su padre y una serie de rutas en honor a su memoria
Milagros Rendón Martell, con 29 años, participó en la resistencia del 18 de julio de 1936 en Cádiz para mantener la legalidad de la Segunda República. El día siguiente, fue detenida por los golpistas, junto con un centenar de otros militantes y ciudadanos. Sin embargo, Rendón era la única mujer entre ellos, y fue fusilada a finales de agosto, cogida de la mano de dos compañeros, dejando un marido viudo y una hija sin madre. Su muerte fue publicada en el diario local, un hecho inusual que refleja la clara intención de los fascistas en ese momento: intimidar también a las mujeres, disuadiéndolas de luchar.
La familia Rendón sufrió mucho por el golpe de estado. Su padre, Francisco Rendón era un dirigente comunista, quien fue fusilado el 20 de julio. La hermana de Milagros, María Luisa, pasaría muchos años en diversas cárceles. Su cuñado, médico y diputado por el Partido Comunista, Daniel Ortega, fue fusilado en 1941.
La ciudad de Cádiz ha homenajeado a Milagros con una calle en su nombre cerca de la relojería de su padre y una serie de rutas en honor a su memoria. Desde la Unión General de Trabajadores, se apoyan y defienden los proyectos, actos y acciones que contribuyen al reconocimiento y el homenaje a la Memoria Histórica de nuestro país, ya que se trata de uno de los principales pilares de la democracia española.
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