Franco creó 300 campos de concentración en España, un 50% más de lo calculado hasta ahora
Josep Sala un barcelonés que luchó defendiendo la II República durante la Guerra civil, ha concedido una entrevista en El Diario donde cuenta su historia. Narra como las balas de ametralladora silbaban a pocos metros de su cabeza. Los morteros explotando a su lado. Las piernas colgando de un compañero, todavía vivo, tras ser bombardeados por un avión del bando nacional. Y el olor a heces y la insalubridad de los campos de concentración.
A sus casi cien años, Sala lo rememora ahora con precisión y detalles, pero no siempre fue así. Durante décadas, apenas habló con nadie de su periplo de más de tres años por el frente de la Guerra Civil, los campos de concentración franquistas y los trabajos forzados por toda España y el Norte de África.
Su aventura empezó en marzo de 1938, cuando tenía solo 18 años. «A esa edad te piensas que te vas a conquistar algo, estás emocionado», recuerda este catalán nacido en el Raval de Barcelona. Sala, integrante de la llamada Quinta del Biberón, tardaría pocos meses en descubrir lo que era la Guerra Civil y ser prisionero del franquismo. «Me robaron hasta la personalidad, no éramos ni siquiera un número», rememora pesaroso. «No éramos nada».
La historia de Sala y del millón de españoles que pasaron por estos campos franquistas es una de las que faltaban por contar de la Guerra Civil. El periodista y colaborador de eldiario.es Carlos Hernández la detalla ahora en Los campos de concentración de Franco (Ediciones B), un libro que documenta, mediante archivos y testimonios de supervivientes, la existencia de hasta 296 campos de concentración franquistas -un 50% más de lo que se había calculado hasta ahora-. Según Hernández, en esos centros pudieron morir más de 10.000 presos.
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